«Pedid, y se os dará;
buscad y hallaréis;
llamad, y se os abrirá...»
Me dirijo a todos los que se consideran cristianos. Piense Ud. bien, si acaso le ofrecieran a Ud. redimir todos sus pecados gracias a la muerte por martirio de un hombre inocente, ¿tendría Ud. suficiente conciencia para aceptar este sacrificio, e incluso llevarlo en la memoria toda la vida?
¿Acaso es una justicia Celestial incomprensible? Digamos que lo es.
¿Y cómo se hacían justos en los tiempos anteriores a Cristo, antes de Su sacrificio, incluyendo los personajes del Viejo Testamento? ¿Cómo llegaron a la santidad los Santos de la iglesia Ortodoxa rusa como Radonezhsky, Sarovsky, Vyritsky, Svirsky? Pues, sólo trabajando durante muchos años, cumpliendo los mandamientos.
No voy a mencionar las contradicciones en las opiniones de los apóstoles y sus contradicciones con la palabra de Cristo. Es otro tema.
¿Qué pasó después del asesinato de Jesucristo?
El género humano, a pesar del sacrificio «redentor», lleva ya tres mil años descendiendo permanentemente en un abismo sin espiritualidad.
Los sufrimientos también afectan a las masas, a esa gran cantidad de gente que se consideran creyentes y redimidos por el sacrificio. Lógicamente, la expiación de los pecados equivale a devolver la inocencia ante la Ley de Dios. ¿Pero, por qué la gente sufre si están redimidos? Porque al sentirse redimidos no se sienten obligados a cumplir los mandamientos.
¿De qué forma, al menos la parte cristiana de la humanidad, agradeció a Dios por el sacrificio que había hecho por la felicidad de cada uno de nosotros?
Durante dos mil años hubo innumerables guerras, ejecuciones, asesinatos secretos, torturas y persecuciones, incluso por parte de las cofesiones cristianas en el nombre de Dios. Esto a pesar del hecho de que en la Biblia hay Palabras de Cristo - «No matarás.», «No juzgues para que no seas juzgado.» y etc.
Recorriendo la historia hasta hoy, se puede observar que, con la excepción de pocos, las personas se degradan moralmente, porque en su conciencia no hay presencia de valores cristianos.
Por lo tanto, el llamado sacrificio no ayudó a deshacerse de los pecados, al menos a los creyentes, y así organizar una vida digna, protegida de las adversidades.
La afirmación de que el sacrificio expia los pecados de la humanidad es absolutamente contraria a la Ley de la Retribución por méritos: «Lo que siembras (tú), cosecharás (tú).» Los pecadores sembraban pecados toda su vida, pero el inocente Jesucristo pagó por ellos con la muerte. Si la intención del Creador estuviera en el sacrificio redentor a través de su Hijo, entonces en todos los Evangelios esto sería enfatizado muchas veces en primera persona, es decir, por la boca de Jesucristo. Algo así: «Ustedes, los humanos, no pueden vencer sus pecados y redimirlos. Me sacrifico como la única manera de ayudarles en la redención.» En ningún Evangelio existe esto. Por el contrario, oró tres veces en el Jardín de Getsemaní: «Padre mío, si es posible, que pase de mi este cáliz...» (cap.26:39, 42, 44). No quería morir ni ser torturado. No se puede acusar de traición a Judas si el sacrificio fuera agradable al Creador. Judas, en este caso, es el mediador necesario en el cumplimiento de la misión. Por el contrario, Jesús enfatizaba muchas veces la necesidad de cumplir los mandamientos como una garantía de amor a Dios.
Les recuerdo a Uds. que la ley de la Retribución viene de Dios, y no es una improvisación primitiva que se complace en la pereza humana, que es la madre de todos los vicios, contra los cuales el Hijo de Dios llamaba a luchar.
¿Cuál es el propósito del descenso de Dios a la Tierra?
Instó a la gente a volver a la vida de acuerdo con las leyes de su Padre. Es la vida según los mandamientos lo que lleva al hombre a la inocencia ante el Creador.
«Todo el que comete pecado, es un esclavo de su pecado.» Y el pecador siempre será castigado por el destino por no cumplir con las leyes de este Mundo controlado por la Voluntad de Dios desde el comienzo de los siglos. No hay inocentes en la Tierra, por eso vivimos cada vez peor.
¿Han aprendido los hombres a vivir según los mandamientos en dos mil años? ¡No! La mayoría ni siquiera lo intenta. Y los pocos que quisieran no saben cómo. ¿Por qué?
¿Acaso el alma no se salva por el sacrificio, sino por el cumplimiento de los mandamientos morales? ¿Quién es el guía de las Enseñanzas de Cristo? Son confesiones cristianas.
Pero para enseñar a las personas a cumplir con las leyes, primero es necesario que los propios maestros tengan la experiencia personal de cumplirlas. En segundo lugar, hay que despertar el deseo del rebaño de cumplir las Leyes.
Pero esto requiere ejemplos de pureza espiritual que la vida da de acuerdo con los mandamientos, y como resultado, el bienestar en el devenir. Este bienestar visible para todos será un incentivo para cumplir las leyes, además, la palabra de tal pastor será apoyada por el poder de la Luz, porque no solo habla, sino que también hace.
Volvamos a la autoridad del Nuevo Testamento.
Mateo 22:37-38 «Jesús dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.»
¿Qué es el amor a Dios?
Esto fue respondido por Jesucristo mismo.
Juan 14:15,21,23,24.
15 «Si me amáis, guardad mis mandamientos.»
21 «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre...»
23 «El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.»
24 «El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.»
Aquí está el discurso directo de Cristo, que indica claramente que sin el cumplimiento de los mandamientos no hay amor por Dios. Es decir, no se cumple el primer y mayor mandamiento.
Es posible toda la vida alabar a Dios con los labios, llorar y besar iconos, guardar ayunos, visitar templos y servicios divinos, pero nunca aprender a amar a Dios.
Mateo 7:21 «No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.»
Hagamos el resumen. ¿Hubo una víctima? - ¡Hubo! Pero ella no lleva la redención, como lo demostró la historia postcristiana de guerras, mentiras, violencia e hipocresía.
La grandeza de la hazaña de Jesucristo es que resistió los ataques de las masas malvadas, azuzadas por los líderes de la religión de la época, y dio a la gente la Enseñanza de cómo salvar el alma, si, por supuesto, ponerla en práctica, y esto es una victoria sobre la pereza espiritual.
Su palabra no sólo debe citarse, sino que debe convertirse en una forma de vida que le dé a la gente una vida digna como resultado.
Esta es la esencia del Sacramento de la Comunión. Sólo el hombre que crece espiritualmente puede participar en la pureza espiritual, manifestada por Cristo. De otro modo, no hay conexión en el espíritu, sólo quedan los símbolos – hostia y vino, sin amor real por Dios.
Donde no hay amor, todo está muerto e hipócrita, ¡allí no hay Dios!
Los creyentes esperan la Segunda Venida, pero Él no nos dirá nada nuevo, sino que exigirá cumplir los mandamientos otra vez. Porque la gente no ha cambiado, y muchos pecados se han acumulado de nuevo. Si creemos en Dios o no, si reconocemos realmente la Ley de Retribución (lo que siembras, cosecharás) o no, actúa condenando a las personas a las consecuencias apropiadas en su destino.
La gran mayoría no quiere reconocer esta interacción, porque en el caso de que se reconozca la ley, sólo tú mismo tendrás que considerarte culpable de todos los problemas. ¡Oh, y no queremos eso!
Es tan agradable, tranquilizador, echar toda la culpa a los seres queridos, a los vecinos, al gobierno, a la corrupción, así como envidiar, culpar, etc. Pero estos grupos de ofensores no son más que instrumentos de la Voluntad de Dios que nos devuelven nuestros pecados.
Desde los tiempos de los primeros pecados, esta Ley ha sido dicha al hombre para el conocimiento sobre la responsabilidad por su comportamiento. Y así es como se da conocimiento sobre de qué manera expiar el pecado, incluso en el Nuevo Testamento.
Mateo 6:14,15
«Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.»
«mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.»
En la oración "Padre nuestro", dada a nosotros por Jesucristo, la misma fórmula de redención «...perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden...» De hecho, entre los creyentes hay muchos resentimientos, es decir, la falta de perdón. Por lo tanto, en base a la esencia de la oración, el Señor no nos perdona. Dado que el resentimiento significa un desacuerdo real de aceptar el castigo merecido por los pecados pasados, esto agrega la gravedad de la culpa. Si perdonamos sinceramente desde el corazón, entonces reconocemos la legalidad del castigo. Es un verdadero respeto por la Ley de Dios y una verdadera redención del pecado. Esta es la esencia de la humildad cristiana ante las vicisitudes del destino.
La razón es una herramienta que requiere una explicación lógica, ¿por qué debo perdonar? La conciencia de la acción de la ley es precisamente lo que da una comprensión de la relación de causa-efecto entre el pecado y el crimen y la privación de derechos y el castigo, en este mundo justo de Dios.
¿Por qué Dios no comienza el castigo con los principales criminales? Están a la vista y parece que no viven mal.
Mateo 5:44 Jesús dice: «Amad a vuestros enemigos.» ¿Qué quiso decir? Ya que si tratas de amar a los enemigos sin entender por qué, entonces la mente no lo aceptará. O esto será hipocresía. Sólo debido a unos cuantos años de experiencia me di cuenta del significado de esta frase.
¿Quién a su debido tiempo me hizo cambiar mi posición de agnóstico a creyente, entender seriamente cuál es mi culpa ante Dios, qué debo hacer y cómo? Son enemigos que han creado una situación insoportable. Este es el beneficio número 1.
¿Quién en el proceso de expiación de pecados a través del perdón crea momentos negativos en el destino? Son enemigos-ofensores. Sin ellos no hay proceso de redención. Este es el beneficio número 2.
Al haber logrado una buena salud sin médicos y medicamentos, y un destino más favorable, me hice perezoso espiritualmente, descansando en mis laureles. De nuevo los problemas aparecieron, y otra vez eran de los enemigos. No dejan permanecer en la pereza. Este es el beneficio número 3.
Como Ustedes pueden ver, sólo con la experiencia entendí por qué debo amar a los enemigos. Son útiles en el proceso de desarrollo espiritual.
¡Mandamientos! El llamado a su cumplimiento suena tan a menudo en los sermones.
El que comienza la lucha por su alma, debe saber que la ley requiere restablecer el orden no solo en el espectro visible y audible de la conducta, sino también en los pensamientos y emociones, que también afectan la salud y el destino.
Contra cada una de las emociones negativas, como el resentimiento, el miedo, la envidia, la vanidad, la ira, el desánimo, etc., hay su propia técnica personal. Es que si no se vencen las emociones negativas, entonces no se sofrenan los pensamientos negativos. «Mantén los pensamientos limpios.» El hecho es que la velocidad de las ondas emocionales es mucho más rápida que la velocidad de las electromagnéticas, en cuyo rango opera la razón. Las ondas más rápidas dominan las lentas. Estos momentos explicaron los descubrimientos de la física moderna en el campo de las ondas de torsión.
¿Cuáles son los puntos de apoyo en la victoria del espíritu sobre el pecado?
- La fe. Jesús llamaba a la fe la llave del Cielo.
- El objetivo. «Donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.» El objetivo espiritual debe prevalecer sobre los objetivos terrenales.
- Tener voluntad y paciencia. «El Reino de los cielos exige esfuerzo.»
- El control de la actividad cerebral a través del cual la oscuridad va a impedirle. «Vigila y reza.»
- La comprensión de la esencia de la humildad, como la única manera de redimir realmente los pecados.
Además de la Biblia, hay otro libro que me ayudó a comprender globalmente la interacción entre el espíritu y el cuerpo, la estructura del Mundo, la acción de las leyes, el estado de la persona, lo que es la oscuridad y los puntos de su influencia en la mente. Esta es una edición en tres tomos "En la Luz de la Verdad". El autor es Oskar Ernest Bernhardt (1875-1941). El texto del libro es una Revelación. En el capítulo 24:14 de Mateo se menciona el Evangelio, que será dado a los hombres en la víspera del Juicio Final, como una de las señales del Fin de los Siglos, como predecesor antes de la llegada del Mesías. Creo que es Eso.
Espero que el artículo, hasta cierto punto, dé un impulso a la reflexión para esa parte de la sociedad que ha conservado el Honor y la Conciencia, pero subestima el poder de la doctrina cristiana. En las instituciones educativas nos enseñaban a entender la esencia de la pregunta por la fuente original. También les aconsejo a Uds. entender nuestra religión cristiana, ante todo, basada en las enseñanzas de Cristo. Es simple y clara, porque viene de Dios. Si aún no les convence a Uds. el escrito anterior, vivan su voluntad como quieran. Porque Dios nos ha dado a todos la libertad de elegir.
Lutsenko Yury