Vamos a recordar el dicho del Nuevo Testamento para refrescarnos la interacción entre la emoción, que es miedo, y la acción, que es la Ley de Dios: «No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas».*
Palabras arriba citadas están dirigidas en contra de la pusilanimidad de los discípulos de Jesucristo, en contra de su cobardía ante privaciones cotidianas y ante las miserias. Se trata de una recomendación para la acción. Busquen el Reino Celestial, más bien dicho, vivan aquí y ahora, cumpliendo las Leyes del Padre, entonces Su Voluntad se les dará todo lo que necesitarían para una vida normal.
Fijémonos en momentos corrientes problemáticos de la vida social en nuestra actualidad. Aparte de los miedos masivos por la situación global en el mundo sea epidemias, desastres y guerras, existe un gran abanico de miedos personales, tales como la presión continua del miedo por la salud propia y por la de nuestros hijos, el miedo ante el futuro desconocido para nuestras familias en particular y para nuestro país en general.
Un temor intenso provoca adormecimiento, paraliza nuestra voluntad, destruye nuestro sistema inmunológico. Al mismo tiempo, crece una sensación de presión desagradable en el área del plexo solar, justamente en donde ocurre la conexión vibrante entre nuestros alma y cuerpo.
En el caso de una persona creyente que está luchando contra sus pecados, el miedo bloquea la fe, por lo tanto bloquea la conexión del creyente con su alma y con el Poder de la Cruz. El ser humano se ve privado de Su apoyo y se queda solitario ante el poder abrumador de las tinieblas. Este es el principal daño del miedo.
¡Ojo! Favor no confunden el miedo, que es dañino, con el instinto de autosalvación, que es sano y útil. El instinto nos avisa del futuro peligro ante todo, nos permite reaccionar inmediatamente para minimizar el problema o aun impedirlo y es porque el instinto arranca sea pone en marcha nuestras mejores cualidades y habilidades. Al contrario el miedo es inútil, porque no ayuda a evitar el problema, sino se lo exacerba.
Hubo situaciones en mi propia experiencia cuando tuve que lidiar con esta emoción y logré salir paso por paso de su influencia. El punto de apoyo principal lo encontré en la fe en Dios. Para la razón, que suele requerir explicaciones, yo construí tal conclusión personal, la que quisiera compartir con Ustedes en adelante. El Creador es misterioso fuente de la Fuerza infinita para crear los Universos, Galaxias, con todas interconexiones visibles y aún no conocidas para nosotros los seres humanos. La oscuridad y la maldad existen tan sólo en un pequeño pedacito del Universo que es el planeta Tierra, también en el espacio etérico cercano a la Tierra, espacio contaminado con pecados humanos sea con sus pensamientos pecaminosos y emociones viciosas. En comparación con el Poder infinito de la Santa Voluntad, la oscuridad y sus portadores son infinitesimales. La victoria de la Luz es inevitable, la cuestión está en ¿cuándo?
Para mí, estas reflexiones fueron bastante convincentes, y mi fe fuerte me permitió aceptar este axioma por medio del alma. Al mismo tiempo, seguía luchando con otros errores y equivocaciones. No fue en vano porque mi destino poco a poco comenzó a cambiarse para lo mejor. Los problemas comenzaron a resolverse con más rapidez y con menos esfuerzos de mi parte. Las dificultades se ponían a disolverse de una o de otra manera sin causarme daños graves. Me sentía una seguridad creciente. Esto fue exactamente de lo que Jesucristo había prometido a sus discípulos. La experiencia me convenció de que yo estaba avanzando hacia la reconciliación con la Ley de Dios, la que me estaba tomando bajo Su protección paso por paso.
Por supuesto, hubo muchos intentos agenos de interferir en mi movimiento. Me apoyaba una firme creencia en alta Justicia y en el Poder absoluto del Creador, el poder que ayuda sólo a los que lo buscan, estoy convencido en esto desde aquel entonces. Funcionó la Ley de Elegir: el primero quien debe ponerse en macha, es el ser humano «Llamad, y se os abrirá» (Mateo 7:7).
En el camino espiritual me apoyaba también la oración El Padre Nuestro, su recitación en casos excepcionales. Era una gran ayuda moral en situaciones difíciles, una ayuda en resolver dudas para comprender fundamentales cuestiones espirituales. Entendí que yo no tenía derecho a mendigar en oración por el alivio de la vida dificil. Este derecho se debe estar ganado mediante nuestras correcciones.
También me ayudaron visitas de templos y monasterios, que facilitaban a mi alma salir del ajetreo y del bullicio cotidiano, encontrar el apoyo.
Entonces vamos a resumir nombrando dos componentes de la lucha espiritual:
1. La creencia absoluta en la inconmensurable superioridad del Poder Espíritu Santo por encima del poder limitado de las tinieblas;
2. La obtención de los resultados personales tangibles en la lucha contra pecados.
La fe crea una conexión constante y fuerte con la Luz. La reducción cuantitativa de nuestros pecados se registra y se reconoce por la Santa Voluntad, calificándola por movimiento hacia la corrección. Así la Luz nos toma bajo Su protección, pero sólo en tal caso.
Viene la convicción y junto con ella viene una sensación de ausencia de miedo para nosotros. Para la Ley no hay problemas de protegernos contra los ataques de tinieblas, Su único requesito es para que nos corrijamos y avancemos hacia Él lo antes posible.
Está claro clarísimo que el entedemiento correcto de la Palabra, más la teoría aprobada por nuestras experiencias, nos permiten vencer los pecados «invencibles» para construir nuestro mejor destino, independientemente de las circunstancias circundantes.
Los enemigos de la humanidad alías agentes de la oscuridad están usando nuestra ignorancia espiritual, para sembrar ellos en nuestros pensamientos y nuestras actividades su pánico y sus tensiones, donde sea posible, en espera de cosechar allí su objetivo final que consiste en desconectarnos del apoyo de la Luz. Hasta cierto punto, tienen éxito. Nuestra contraofensiva debería ser siguiente: ¡deshagámonos de la ignorancia, adquerámonos conocimientos necesarios y resistámonos a los pecados! Tambien, entre otras irridicaciones, hay que irradicar nuestros miedos; esto es posible tan sólo con la ayuda de la Voluntad de Dios. Pero Ella no va a proteger a los que no se han arrepentido, tampoco a los los que ni siquiera preven de corregirse.
¡Eliminen su pereza e incredulidad, vayan bajo la bandera de la Luz! ¡Nadie y nada más ni menos, que su mente, jamás les molestará!
Yuri N. Lutsenko
Marzo del año 2023