EL PLURALISMO RELIGIOSO Y LA VERDADERA FE EN CONDICIONES DE APOCALIPSIS

«Miles de caminos conducen al error; a la verdad, uno solo»
Juan Jacobo Rousseau

La palabra Religión es derivada al original vocablo latino religare con sus dos significados iniciales que eran: 1. restauración de la conexión y 2. restauración de la unión; en nuestro caso se la tiene el tercer significado semejante pero más  significante: la Religión es la relación entre persona creyente y Dios.

El pluralismo, una palabra más procedente del latín clásico (pluralitas), lo que significaba «cualidad relativa a lo mucho»; hoy el pluralismo es la doctrina filosófica e ideológica basada en la diversidad de intereses e ideas, de puntos de vista y modos de vivir, cuales no son reducibles a algo único o sea unificado y son independientes entre sí.

La verdadera fe no es una afirmación racional, sino un sincero estado espiritual con apertura del alma ser humano al Creador.

El vocablo Apocalipsis procede de palabra antigua griega ἀποκάλυψις apokálypsis, la que en aquel entonces significaba la revelación. Antes y en actualidad la noción El Apocalipsis se usa generalmente en el sentido del Juicio Final, el Fin de los Siglos.

El pluralismo tiene un rasgo fuerte en el sentido de que exige la aceptación pacífica de cualquier idea no agresiva, a distintas opiniones, exige el respeto a otra cultura, a sus rituales etc. Esto tiene valor y se respeta, pero en realidad casi no funciona. La desventaja de los adeptos del pluralismo, desafortunadamente, está en lo que ellos se guían exclusivamente a la convicción en la exactitud de sus puntos de vista, de tal modo los pluralistas se quedan aislados en vez de tratar a acercarse a las opiniones contrarias o al menos manifestar su respeto a los puntos de vista hasta el momento no entendidos por ellos. Pero para pretender a la convicción verdadera habría que pasar un largo camino con experiencias empíricas espirituales  personales. Si no haya experiencia profunda espiritual, entonces la conciencia estará gobernada por el fanatismo, cual es el resultado de fe ciega y pereza espiritual, con su acompañante indispensable bien conocido a nosotros como la agresión.

Los pecados dividen a la humanidad en general y de facto en muchísimas facciones sea partitas, son los pecados de hipocresía y del orgullo, miedos y resentimientos, la envidia y otros pecados más, los que conducen al ser humano a la opinión equivocada, al comportamiento incorrecto, al antagonismo; es el  resultado de porque la sociedad se pone dividida. Sin derrotarlos a estos pecados, nunca habrá el acercamiento entre los seres humanos ni tampoco la paz entre la gente. Los pícaros y personajes tipo caras duras sea ladrones de varias franjas usan hábilmente esta falta de unidad entre personas sinceras y, por falta de la solidaridad interhumana entre la gente honrada, las granujas ganas sus fortunas millionarias.

El tema de la religión es muy extenso. La historia del desarrollo confesional a nivel planetario, incluso la de confesiones más importantes es decir numerosas, por lástima no puede ser caracterizada en breve según el tema puesto, porque dentro de cada una de ellas hay muchas direcciones. En el marco de mi artículo, voy a analizar el problema sólo de punto de vista cristiano.

Nuestro Dios Todopoderoso está limitado por su propia ley de elección dada a nosotros. Elegir a Dios, para nosotros los cristianos, significa creer en Él y con prácticas espirituales y físicas tratarnos de cambiar nuestra naturaleza humana a lo mejor. Si no habrá movimiento en adelante por este largo camino indicado por Jesucristo, no habrá ayuda desde arriba.

La Ley no ayuda a los delincuentes que no tienen ganas de mejorarse; en este caso la pereza espiritual equivale a la delincuencia.

Ahora les pregunto ¿por qué, con Dios único y con Su único Enviado a la Tierra, surgieron tanta cantidad y tanta variedad de las confesiones cristianas? La palabra divina nos informa, explicando de forma clara clarísima, de dónde vienen nuestros problemas humanos, aún más, nosotros hemos recibido el vademecum de cómo salir del atolladero inmoral… y no lo aprovechamos... entonces ¿por qué surgió tanta cantidad de las confesiones cristianas con tantas diferencias entre ellas?

Voy a citar el discurso directo de Jesucristo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y más grande mandamiento» (San Mateo, capítulos 22:37-38). El mandamiento «más grande» es pequeño por su forma y enorme por su contenido, es fundamental; sin pleno amor, integral y absorbente, hacia  Dios, el ser humano no puede considerarse plenamente el ser cristiano.

¿Cómo define el mismo Jesucristo el concepto del amor hacia Dios? Su concepto podría servirnos para una buena autoevaluación. «Si me amáis, guardad Mis mandamientos»; « El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama...»; «El que no me ama, no guarda mis palabras...» (San Juan, capítulos 14:15,21,24). La conclusión nos puede parecerse paradójica ¡¿los creyentes en Dios no lo aman o que?!

Si la Palabra hubiera sido asimilada precisa y completamente por los discípulos, sus interpretaciones se habrían fusionado. Si hubiera sido así, la confesión cristiana sería una sola común e integrada, en su estricta presentación sistemática. Esto es inevitable cuando hay una sola sea única fuente.

Entonces ¿qué fe estamos observando hoy? Vemos una fe inquebrantable, cultivada en el transcurso de siglos seguidos para mantener la autoridad apostólica. Pero ¿qué pasó con el cristianismo de Jesucristo? y ¿cuál es la opinión de Jesucristo en cuanto a posibilidades interpretativas de los futuros apóstoles? Dirigiéndose a ellos, Él expresa dudas: «Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.» (San Juan, capítulo 16:12).

Después de Su muerte física, ya en Apocalipsis, Jesucristo se dirige a Juan: «Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;» (Apocalipsis del Teólogo, capítulo 2:2).

En este contexto voy a citar también las declaraciones del apóstol Pablo: «Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.» (San Pablo, 1 Corintios, capítulos 13:9,10). Sin embargo, la lógica inexorable dice que el conocimiento es imperfecto e incompleto y por esta razón no nos puede llevar hacia la Verdad. Esta conclusión, al parecer, radica la razón de la divergencia entre la teoría y la práctica, explicándonos la gran cantidad de denominaciones sea las confesiones en el mundo cristiano y entonces nos aclara la causa del colapso moral y el porque nosotros nos hemos caído en él. Si el apóstolo Pablo en la «Epístola a los Romanos» justificó la imposibilidad de derrotar el pecado carnal, entonces en Rusia, los célebres ascetas cristianos ortodoxos, (los santos rusos – la acotación del traductor), por su experiencia personal, lograron a refutar esta doctrina apostólica.

La verdad que sí, los apóstoles eran las personas valientes y dignas, pero errare humanum est (expresión en latín antiguo la que significa literalmente: «errar es humano» - la acotación del traductor). No es la culpa de apóstoles de que alguien necesitara sus opiniones apostólicas no coordinadas entre sí, tampoco verificadas por la experiencia, para posteriormente canonizarlas en el siglo IV y de tal modo elevarlas al rango de postulados inalienables de la religión. Cualquier investigador de los textos bíblicos, independizado de dogmas, seguramente  notará divergencias en las opiniones de los apóstoles entre ellas mismas y con la Palabra de Jesucristo. La invicta vanidad humana, a parte de otros vicios, se hizo un obstáculo insuperable para el avance de la Palabra Divina hacia las conciencias humanas.

¿Cuál mensaje concreto de los cuatro mensajes apostólicos sería cien por ciento correcto? Cada uno de los mensajes es imperfecto en el conjunto y ninguno de ellos, fuera del Evangelio, tampoco es impecable. Porque, si la religión procede de Jesucristo, de Su discurso directo, entonces Su Palabra debería de ser el único mensaje perfecto y básico, en sus teoría y práctica, para cada uno de nosotros, los cristianos.

El Hijo de Dios se nos asignó la tarea de cumplir los mandamientos, como la garantía de una vida normal para nosotros. El espíritu humano inconscientemente lleva en sí la matriz de la Ley y es creado por esta Ley (la Voluntad del Creador). Acordarnos con esto en espíritu, significa poner fin a miles de años de guerras con nosotros mismos, significa entendernos el propósito de nuestra estadía física en la tierra y el significado de nuestra vida en general. Este es el verdadero movimiento hacia la Verdad. Por desgracia el movimiento masivo todavía no se ve, es porque en transcurso de los siglos se habían perdido las llaves de la estricta Verdad mandada a la tierra, para luchar irreconciliablemente con los pecados. Jesucristo previstó nuestra situación actual ya en Su época, anticipando la catástrofe espiritual humana, y es por que prefiguró para nosotros el Juicio inevitable y la venida del Hijo del Hombre cuando «...llorarán todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas...». El propósito de Su regreso a la Tierra es restaurar derechos de la Legalidad, la deposición de las Tinieblas y de sus portadores terrestres. «El que no es conmigo, contra mí es;» (San Mateo, capítulo 12:30).

La experiencia de varios exitosos ascetas espirituales ha demostrado de hecho, lo que ponerse de acuerdo con las Leyes del Creador es un trabajo dificilísimo, larguísimo pero de todas formas factible. Es el único trabajo, que justamente lleva a la vida realmente exitosa según la Palabra dada desde arriba, los obligatorios no son sólo la prosfora y el kagor, dos  símbolos obligatorios de la ceremonía, sino la verdadera comunión a Cristo ante todo.

El modo de vivir sin pecado componen tres condiciones que son: la reconciliación con el Creador, el amor hacia Él, el restablecimiento de la relación con Él y, sólo al cumplir estas tres condiciones, la palabra «religión» se llena de su significado principal. Es la única experiencia espiritual, la que es necesaria. En tal caso cumplido, todas las ramas espirituales se fusionarían en una sola religión y no habría motivo para la confrontación, porque la Palabra de Dios no tiene contradicciones. «El que dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;...» (Nuevo Testamento, 1 Mensaje de apóstolo Juan Evangelista, capítulo 2:4).

De aquí y en adelante no tengo ningunas intenciones de reprender a alguna que sea la confesión religiosa, que tenga logros dignos, incluso los terrenales. Al contrario de la opinión colectiva existente yo no considero culpables a los gobiernos, tampoco a las numerosas confesiones religiosas que están en contravisión y conflictando, ni tampoco el materialismo científico, ni al desastroso progreso tecnológico, pues  no les considero a todos ellos en conjunto culpables. ¡Todos estos «culpables» arriba mencionados son nada más que tan solo una consecuencia, son la causa de nuestra inescrupulosidad común, junto con la falsa creencia personal de cada uno de nosotros, lo que sumamente constituye una sociedad sin alma; la sociededad cual, sin un giro fundamental hacia la moralidad, estará condenada al fracaso!

Las citas bíblicas y exclamaciones seguir la Palabra no valen mucho cuando no haya la transmisión de nuestra experiencia espiritual, cuando no compartimos nuestra  metodología exitosa en la lucha contra el pecado; si no lo hacemos, no habrá ningún progreso en nuestro saneamiento espiritual. Pero para transmitir la experiencia espiritual, hay que tenerla. La humanidad ha aprendió  mucho, menos una cosa y la más importante, el arte de vivir felices.

Un par de palabras sobre la física de religión

Con la verdadera fe espiritual y la victoria incondicional sobre los pecados, incluyendo pecados sensuales y pensantes, paso por paso, en el proceso de trabajar sobre sí mismos, nosotros comenzamos a recuperarnos nuestros  sentimientos perdidos anteriormente debido a nuestra caída en el pecado. Es la regeneración del espíritu, otro tipo de radiación cuya velocidad de onda es significativamente más rápida que las ondas pensantes y sensuales, por lo tanto mucho más fuerte. Al mismo tiempo, poco a poco se recupera el dominante de la Conciencia y el Amor, cuales padecen gran escasez en la sociedad actual. Tales personalidades destacadas en el cristianismo ortodoxo como S. Radonezhsky, S. Vyritsky, S. Sarovsky etc. tal vez lograron recuperarles sus calidades espirituales. «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (San Mateo, capítulo 7:21). La voluntad del Padre es Su Ley, son Sus mandamientos. La cita determina el permiso para entrar en el mundo espiritual, cual será imposible sin nuestra autocorrección, es decir, sin hacernos cumplir los mandamientos. ¡La conexión no se restablece cuando nuestras  vibraciones personales afectadas por nuestros propios  pecados no corresponden a las vibraciones espirituales legítimas! Entonces no habrá resonancia, la que es básica y necesaria para cualquier tipo de conexión ondulatoria, es decir no se sincronizan dos o más ondas cuando su características son distintas.

En la Palabra de Jesucristo y en experiencias de los santos cristianos ortodoxos, que usaron Su Palabra exitosamente en propias prácticas personales, nosotros tenemos un ejemplo aprobado para seguirlo nosotros también, hay una panacea y una idea nacional, al menos para cierta parte de la sociedad, cual aún no se ha rendido a la falta de cultura o sea a la cultura arrogante y embestida, tampoco a la mentira hipócrita y a la corrupción. «Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.» (San Mateo, capítulo 24:13).

El hecho de que el Señor Todopoderoso haya entrado con nosotros en un diálogo silencioso, pero tangible, testimonia mucha gente, incluyendo científicos famosos. Lo que está sucediendo con la Tierra y aún en el sistema solar, donde muchos parámetros astrónomos, helio- y geográficos han salido de sus parámetros normales ya hace mucho, todo esto verifica de unos cambios inminentes. Pero ¿de cuáles y cuándo? Repito ¿cuándo?

La Biblia responde: «Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.» (San Mateo, capítulo 24:36). Jesucristo señaló los signos indirectos del acercamiento de la Catástrofe: «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares... y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán... Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;...» (San Mateo, capítulos 24:7-11).

Los acontecimientos trágicos de actualidad nos alertan y nos dejan solo una alternativa pero con dos salidas. Si nos denominamos a nosotros mismos como hijos de la Verdad y de la Luz, deberíamos de demostrarlo con correcciones realizadas por nosotros mismos. Si permitimos a la pereza espiritual que nos durmiera y si nos comprometemos con tinieblas, entonces nos quedaremos en la oscuridad y nos vamos a tolerar la humillación hasta el último día, hasta la proclamación de la sentencia dictada por el Juez Supremo.

Entonces, ¿cuál es el pecado (criminal) del hombre ante el Creador? Desafortunadamente, la mayoría (hablo de los creyentes), nos consideramos a nosotros mismos como personas casi sin pecado, teniendo en cuenta nuestra opinión equivocada de que los pecados pertenecen sólo a la esfera verbal y la de acciones. Pero todavía hay un espectro invisible, pero muy tangible, de la relación humana con el mundo que nos rodea, hablo de nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. No hay nadie quien se sienta agradable al lado de un hombre envidioso, grosero, violento, aunque esta mala gente estén calladitos. Es el impacto campestre de las formas pensadas y sensuales. Son desagradables estas formas porque resultan ser detractores, hostiles y nosotros las registramos con nuestros biosensores. Las resonancias alias acciones pueden ser corporales, verbales, mentales y sensuales. Todas estas esferas impregnan la radiación de la Voluntad Suprema que nos creó. En algún lugar, solo Dios sabe donde, se registra nuestra mala conducta y después de un rato se nos vuelve un acontecimiento malo en nuestro destino (la raíz de la palabra es el juicio). Por lo tanto, muchos de nosotros, según nuestra propia determinación sentirnos bondadosos, especialmente los creyentes, tenemos un destino tan difícil. De ahí proceden las búsquedas del culpable, el descontento, a veces hasta atrevimientos hacer culpable al Creador, Dios me perdone. La lucha contra los pecados se basa en nuestro conocimiento de las Leyes de Dios o en la creencia verdadera en calidad del Creador. El fundamento para adelantarnos en contra de los pecados es la Fe en pleno sentido, la Fe en pie de cada una de las letras de la palabra divina. Si sea así, nuestra lógica se pone simple y clara, y a consecuencia se nos conduce al pleno entendimiento de necesidad irrevocable para nuestra transfiguración espiritual. Tomémonos la emoción del «resentimiento» por nuestra reacción a la injusticia. Pregunten a los creyentes, ¿si es justo el Dios? La respuesta va a ser positiva ¡claro que sí! ¿ Es perfecto el Dios? ¡Claro que sí! Entonces la siguiente pregunta; ¿si podría un Dios perfecto y justo crear un mundo imperfecto e injusto en cual, a la vista superficial, el mal está ganando? Claro que no, porque Él es único Creador de este mundo y se lo gobierna.

¿Cuál es la razón de la aparente incoherencia? La respuesta es simple. Supongamos que a una persona equis pecadora (¿quién de nosotros no ha pecado siquiera una vez en la vida?) se le inflige resentimiento. La situación «el abusador VS el ofendido», que surgió entre dos personas equis, habría que apreciar reflexionando a través del prisma de la frase conocida «lo que siembras, entonces cosecharás con abundancia»; pero esta conclusión es válida tan solo en el contexto de las vidas vividas de ambas personas, cuando hubo otros más pecados cometidos por el «abusador» o el «ofendido»; la justicia no funciona en el contexto «aquí y ahora».   

Tanto en caso arriba ilustrado como en general, la siembra es el pecado, es una violación de la Ley. La cosecha es el sufrimiento, el retorno del pecado por la Ley. Esto es cierto desde el punto de vista del Creador, su Justicia es sola, la única que gobierna el mundo. El castigo es inevitable por cualquier delito.

En el cristianismo verdadero, la falta de resentimiento en nuestras almas es el perdón sincero a través de la conciencia lógica de la responsabilidad por cada uno de sus actos, en tal caso el perdón se llama la humildad. El «ofendido» ve al «abusador», como al mediador de la Ley en la devolución del pecado y reconoce la situación como un acto de humildad con derecho a castigar a si mismo por malas conductas anteriores digamos por sus propios pecados cometidos en el pasado. Sin entendimiento profundo de la fuerza de humildad, el «ofendido» se queda insatisfecho con la acción de la Ley, por lo que involuntariamente se contrapone a Dios. El resentimiento no es tan inocuo. Por eso quisiera añadir un life hack más para motivarnos en el proceso de neutralizar o liquidar nuestro resentimiento; fíjense, el perdón humano, si es sincero y consciente con nuestra razón, nos permite recibir el perdón aún más importante, porque es el perdón de Creador; resulta que aumentando la cantidad de nuestros perdones humanos, nosotros a cambio recibimos la sustracción de nuestros pecados por parte de Dios, recibimos el perdón divino de aquel nuestro pecado al que está «atado» nuestro futuro castigo potencial. De tal manera el pecador estará purificado ante la Ley en cada episodio concreto. Lo redimió personalmente, con su propio sufrimiento concreto.

Esta forma de redención se da en el discurso directo de Jesucristo dirigido a los discípulos: «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.» (San Mateo, capítulos 6:14-15). Exactamente este mandamiento (a parte de otros demás) siguieron estrictamente los ascetas cristianos  en su experiencia espiritual. Por ejemplo, Sergio (Serguij Radónezhsky / Sergio, abad de Radonezh, santo ruso cristiano ortodoxo del siglo XIV – la acotación del traductor), a la edad de adolescente se fue a las ermitas, lejos de la gente, y allí redimió los pecados durante largos años. Después de su muerte física fue canonizado. ¡Es un gran éxito espiritual, conseguido gracias a la humildad y de saber perdonar, entre otras prácticas verificadas por numerosos santos!

Dicen que sufrimos por nuestros pecados y eso es cierto. La experiencia de San Sergio de Radonezh y sus semejantes ha demostrado que el verdadero proceso de redención es largo y difícil. Dios es uno y nunca desde la creación del mundo no ha cambiado Sus Leyes, tampoco se ha modificado la esencia de Su Palabra dirigida a los seres humanos. Sólo podía cambiarse la forma de presentación, adaptándola al nivel educativo y cultural inherente de la sociedad, en donde bajaba desde arriba cada nuevo Mensajero.

¿Quién está conduciendo la humanidad? Los políticos con científicos y ante todo la iglesia (para creyentes) prenenden de ser nuestros guías en el mundo global. ¿Y qué? ¿Hasta donde llegó la humanidad junto con sus numerosos genios? Favor responden a esta pregunta Ustedes mismos. «Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios;...» (1 Corintios, capítulo 3:19). ¿En qué consiste la debilidad del enfoque científico? Ante todo en lo que él es fundamental y principal para el sistema educativo. La educación tanto pública como privada se enfocan en desarrollo de conocimientos materialistas, en producción de personalidades intelectuales, y al mismo tiempo no fomentan la moral (la conciencia, la responsabilidad por su conducta). El proceso de educación moral pública para las generaciones anteriores ha fracasado desde hace mucho tiempo, a consecuencia la sociedad actual se está degradando. El ser humano bien educado pero sin control de conciencia es un fenómeno terrible.

Sin fe y sin experiencia espiritual no habrá penetración humana más allá de la materia visible, donde esté el nivel causal de todo conocimiento. La práctica extrasensorial ha demostrado miles de veces que el hombre tiene estas habilidades. Esta espontaneidad debe ser investigada y protocolada civilizadamente, por el estudio del proceso. Pero el investigador no puede analizar los datos y extraer cualitativamente las conclusiones necesarias, ya que está operando tan solo con su cerebro, cual está limitado por la velocidad de vibraciones electromagnéticas (aproximadamente 300 mil killómetros por segundo); pero los médiums y videntes (excepto a los expertos de hipnosis) saben operar con onda dos veces más rápida. La física moderna (la torsional) posee estos conocimiento, aunque parcialmente.

¿Y la religión? Lo que se llama la revelación (no confundir con la meditación) es significativamente más poderosa que los logros sensoriales, y lo más importante que es la llave al Cielo, no confundan con la ganzúa de ladrones. «...Nadie viene al Padre, sino por mí.» (San Juan, capítulo14:6). Se puede repetir esta frase un millón de veces y hasta perder la voz... Pero con solo buenas intenciones, como se sabe, el camino bien pavimentado lleva al infierno. Ya nos estamos transitando por allí.

Ahora les mostraré la anatomía del estrés y de que manera en nuestro cuerpo físico empieza a surgir una enfermedad. Nosotros estamos compuestos de células, a su vez, las células se forman de moléculas, átomos y más allá hacia protones, neutrones, electrones, todos en conjunto conectados por ciertas dependencias y constantes. Las partículas elementales que funcionan perfectamente entre si, nos garantizan la armonía de átomos, células y, por lo tanto, nuestra salud corporal positiva. La estabilidad de los procesos atómicos en la esfera material proporciona una velocidad de onda con 300 mil killómetros por segundo, pero la velocidad de emociones es doble veces más rápida.

Los impulsos del resentimiento, del miedo, de los celos, de la envidia causan la «constricción» del átomo, es decir, la relacióninteractiva normal de las partículas elementales, de las células, y a consecuencia provoca desorden de los procesos bioquímicos en el cuerpo. En este etapa comienza la primera fase de la enfermedad. Con la presión diaria y continua del montón de emociones negativas, la enfermedad se transforma en formas más severas. El ser humano siendo un pecador por su origen, hace el mal y no importa, de mala intención o sin saberselo. Según la ley de la semejanza, el mal se lo atrae. Es un resultado de la falta de conocimientos en este tema. Es imposible deshacernos de la negatividad destructiva de  nuestras vidas sin que tengamos una correcta cosmovisión y sin ayuda de la Luz. Es prácticamente imposible conseguir nuestra recuperación sin comprender profundamente la esencia de la religión, que es la mejor enciclopedia de conocimientos sobre las Leyes vitales de este mundo. Si no aprendámonos y no practiquémonos estos conocimientos, vamos a seguir viviendo ciegos y sordos.

Todos los que venían desde arriba intentaban desaprendernos de los errores y enseñarnos a ser felices. En mejores de los casos, ellos no fueron escuchados, en los peores fueron expulsados y aún asesinados. El Creador, después del asesinato de Jesucristo, aparentemente se ha agotado Su paciencia, por lo que Él anunció una advertencia sobre el Juicio Final, protocolada en el Nuevo Testamento.

La tentativa de cambiar el mundo sin cambios en las conciencias humanas es una pérdida de tiempo. Durante largo tiempo nosotros sembrabamos pecados y ahora ellos se nos regresan. Si nos sentimos resentimiento, esto significa que no tenemos ganas de pagar por cuentas, de tal modo la Ley multiplica aumentando nuestro castigo. Es la causa de porque nosotros hasta teoricamente no tenemos ningún derecho a la vida normal.

Deberíamos de recordar que todos los seres humanos somos de la misma naturaleza espiritual. Esto significa, que la idea de evolución dada en la religión verdadera, es colectiva, universal y es una sola para todos nosotros. Al ser humano se necesitan tan solo tres esfuerzos siguientes:
1. que se sacuda de la pereza espiritual;
2. que pruebe con la experiencia personal la rectitud de la dirección elegida (¿no les parece un método científico?);
3. que subordine sus actos terrenales a la dominante espiritual.

Tengo bastantes conclusiones curiosas, basadas en mi propia experiencia adquirida. Gran cantidad de ejemplos necesitaría muchas horas para su presentación detallada. Cada uno de Ustedes, quien ahora está leyendo estas líneas, inevitablemente tendrá preguntas. Cada su pregunta va a tener la respuesta correspondiente, incluyendo mi contesta a la pregunta sacramental ¿por qué en un mundo, si es justo, las personas malas prosperan externamente y las personas buenas están sufriendo y a veces hasta morir sufriendo? Si me dará tiempo, se lo explicaré a Ustedes detalladamente, con la lógica más clara. Estoy seguro y es mi credo: solo la experiencia personal permite  «separar el grano de la paja» en el difícil proceso de formación espiritual.

La razón principal de porque la persona logra cautivar a si mismo al camino equivocado es su pereza. Muchos maestros falsos llaman a creer incondicionalmente en su mesianismo, demostrando habilidades paranormales, como prueba de su origen divino. A cambio prometen al pecador librarle de todos sus problemas, como consecuencias de sus pecados, ¡ojo! librar de problemas y de pecados sin esfuerzos de parte de la persona. A los vagos espirituales les atrae esta idea de «compra gratis», recibir todo por nada. Esta manipulación de mercadeo es la única razón del éxito masivo de falsos maestros.

Dios es la Claridad personificada y la Naturalidad en su pleno sentido, la doctrina de la Verdad es muy simple y clara. Justamente por eso Jesús no escogió en calidad de Sus discípulos a los sacerdotes fariseos, tampoco a los escribas más inteligentes que cien mil bufones, sino invitó a los simples pescadores, a la gente analfabeta. En ellos no había vanidad de omniscientes, tampoco la hipocresía, ni astucia sofisticada.

No importa cómo y con quien Ustedes aprendan la ciencia espiritual, favor recuerden, si no hay respuestas simples y comprensibles a sus preguntas, entonces el que responde alías su maestro no sabe el tema. Reconocer esto por parte del mismo maestro está obstaculizado por su orgullo, a consecuencia surge la «niebla» de términos complejos, de prohibiciones y al final surgen  insinuaciones de su exclusividad, la que no permite ser entendido su lenguaje por los demás, por los seres humanos simples y mortales. En el proceso de liberación espiritual no hay misterios imaginariamente significativos y secretos exagerados. Es un biombo para enfáticamente y pomposamente esconder la ignorancia, la que lleva a muchos creyentes hacia  los senderos falsos y peligrosos.

La Verdad favorece tres dones que son la Fe, la Esperanza y el Amor; ella se los enlaza y réune dentro de nosotros. Al contrario la oscuridad y la maldad, usando nuestros vicios, actúan bajo el principio de «divide y domina» (Dīvide et īmpera – lat., la estrategia para ganar o mantener el poder, orientada a sembrar la discordia ... – la acotación del traductor).

El pluralismo en la religión es necesario, como única medida para mantener buenas relaciones, siempre y cuando estemos desunidos por la ignorancia.

Abril del año 2010
Yuri N. Lutsenko

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