Es difícil encontrar siquiera una persona enamorada, la que, al estar psicologicamente sana, no desearía disfrutar de una relación feliz y equilibrada con su objeto de amor, sea con su novio o novia, mujer o marido.
Ambos corazones buscan el amor tanto con pasión como con reverencia, porque justamente el amor, como se dice, es el mejor salvavidas en posibles malentendidos entre dos enamorados. Pero, ¿sabemos nosotros amar y querer uno a otro de verdad? Es porque el amor verdadero es un autosacrificio y una negación de nuestro egoísmo tan comfortable y tan habitual, cuando eramos solos. Hasta el momento de cuando no nos deshaguemos de nuestros vicios, ¡será poco probable que el verdadero amor va a aparecer!
Sin duda alguna, el amor es un salvavidas eficaz, pero con una condición; es cuando ustedes no tan solo reconocen sus errores cometidos, sino cuando se los intententarán a corregir. No tiene ningún sentido esperar a que el verdadero amor venga desde Arriba. Por si mismo él no vendrá. Hay que trabajar mucho y mucho por un amor ideal y multifacético, el amor empírico, verídico, positivo, legítimo, material, etc. para que las dos media naranjas podrían ser felices y dulces; ambas almas tienen que seguir y seguir trabajando, permanentemente, si de hecho y espiritualmente desean aprendender el gran arte de amar.
Resulta que para deshacernos de los errores más pronto posible, hay que enamorarnos, y para enamorarnos de verdad, más bien hay que deshacernos de nuestras debilidades. Es un circuito cerrado.
Entonces, ¿qué hacemos al respecto?
En primer lugar, vale erradicar al máximo todo lo malo que existe en nosotros, porque nuestros errores, sin dudas, se arrastrarán fuera, cuando intentetaremos abrirnos de verdad al objeto de nuestro amor. O al contrario, cuando el mismo objeto de amor se nos abrirá su alma por completo y sin ocultas, entonces nuestros defectos saldrán a la luz seguramente.
Hoy mucha gente opina que es mucho más fácil hacer frente a los numerosos problemas, tanto individuales como sociales, cuando no seamos aparejados o casados.
Allí y mañana, en el infierno ¿quién se atreverá a enamorarse o reflexionar de su amor ya existiente? Obviamente el sartén ardiente con diablos danzantes alrededor no le permitirán a concentrarse en los pensamientos.
Pero aquí y hoy, en la Tierra ¿si las situaciones tanto internacional, como económica y ambiental y, en nuestro contexto la situación interpersonal, son mejores a la del infierno? Una vez abriendo sus almas a alguien, tengan cuidado y favor mantengan distancia, hasta que se den cuenta a quién de verdad está enfrente de ustedes.
El planteamiento, el nudo y el desenlace.
En la primera fase de cualquiera novela sentimental, que se titula planteamiento, un enamorado o una enamorada se están bien y a gusto al lado de su único cariño.
El nudo. Mientras tanto los dos se están hundiendose poco a poco, si ellos se disfrutan, hasta momento crítico e inevitable, nada más que de la comodidad y alegría físicos. Ellos dos ven y comparten sólo una parte de la imagen felicidad, la felicidad temporal, la parte visible del iceberg llamado el amor, la parte superficial.
El desenlace. Entonces antes o tarde la parte superior del iceberg va a desielarse, va a descenderse por debajo del waterline, rumbo a las aguas primeramente azul claras, luego después azul oscuras y al final, en en las profundidades tinieblas del oceano llamado la vida no espiritual. Ahí donde se ahogarán irrevocablemente y total las dos almas y donde en la arena negra del fondo oceánico descansan en paz, pero sin gloria, los restos de numerosos barcos nombrados amor impío.
Para obtener la verdadera felicidad humana y la paz a su alrededor y un bienestar sin complicaciones, la persona debería aprender a sacrificiar y ser capaz de dar sinceramente. Esta es la ley del Universo, y ante todo cuando hablamos del amor, del amor sin miedo y sin reproches.
El amor es rigor y justicia. ¡Séan justos consigo mismos y estrictos en la evaluación de sus capacidades!
Agosto del año 2023
Lda. A. A. Stryguina, psicóloga